Universos infinitos
Somos polvos de estrellas
Cada planeta fue creado a mano, con materiales simples, donde el agua y el fuego dieron forma a lo infinito. Un proceso artesanal que transformó la materia en cosmos, demostrando que a veces, para crear universos, basta con polvo, luz y un poco de silencio.
El universo nació en un cuarto oscuro, sin artificios digitales, solo con hielo, tierra, pólvora y la imaginación encendida.
Con las fotos del inicio, las maquetas, el proceso artesanal.
Prólogo: Somos polvo de estrellas
Todo comenzó con una pregunta.
¿Qué es crear?
Cerré la puerta de mi cuarto, apagué las luces y encendí la imaginación.
Sin Photoshop.
Sin inteligencia artificial.
Solo una cama, un cuarto, bengalas, agua, polvo, maquetas...
Y la certeza de que, de algún modo, somos polvo de estrellas.
Porque crear no es solo hacer imágenes.
Es sentir el universo desde dentro.
Capítulo I: Big Bang – La Creación.
Con una chispa.
Con un fuego que irrumpe y lo cambia todo.
A veces lo llamamos creación.
A veces, nacimiento.
A veces… amor.
Porque hay un Big Bang cada vez que algo nuevo nos atraviesa.
Cuando encendemos una idea.
Cuando una imagen nos conmueve.
Cuando nos enamoramos.
Esta explosión no habla del universo allá fuera.
Habla del que llevamos dentro.
Capítulo II: Somos Planetas
Después del estallido,
el universo se llenó de cuerpos errantes.
Cada uno girando en su propia danza,
cargando luz, historia, silencio.
Así también somos nosotros.
Planetas suspendidos,
con trayectorias que a veces se cruzan,
que a veces se rozan sin tocarse.
Nos atraemos sin saber por qué.
No hay palabras.
Solo una fuerza suave, callada, inevitable.
Una gravedad emocional que nos empuja a acercarnos.
A mirarnos como quien busca su reflejo
en una atmósfera distinta.
Y a veces, con suerte,
dos órbitas coinciden.
No para girar igual,
sino para girar juntos,
sin perderse.
Capítulo III: Tierra y la Luna Sincronía
La Luna fue parte de la Tierra.
No lo parece,
pero lo fue.
Nació de una colisión,
de un impacto violento que dejó una huella
convertida en compañía.
Desde entonces,
orbitan juntas.
No se acercan más.
No se alejan.
Se mantienen en equilibrio.
Como si, en lugar de separarse del todo,
hubieran encontrado la forma de permanecer.
Capítulo IV: Micromundos – La chispa de la vida.
Un destello.
Apenas un susurro de luz.
La oscuridad se abrió.
No era fuego.
Era energía buscando forma.
En un instante,
el frío se encontró con el calor.
La materia se estremeció.
Apareció el primer movimiento.
Apareció el primer latido.
Capítulo V: Caos y Tormentas
Cuando el caos es la semilla
El universo es líquido, denso, cargado.
Como un útero en plena transformación.
Como una estrella que aún no sabe su nombre.
Chispas.
Fricción..
Capítulo VI: La Expansión —
La expansión
El universo sigue creciendo.
Como nosotros.
Las nebulosas flotan,
indefinidas, inmensas, vivas.
Allí nacen las estrellas.
Allí todo empieza, otra vez.
Quizá cada uno de nosotros
también sea eso:
una forma en expansión,
una historia aún por escribir,
un universo por descubrirse.
Porque todos llevamos un universo dentro.
Epílogo: El universo interior —
“Y al final, comprendí que mirar al universo era mirar hacia dentro.”
— Marc Mesa
Universos infinitos — El making off
Nada de esto fue generado por IA.
Solo agua, luces y objetos cotidianos…
Este vídeo revela el proceso intuitivo y artesanal con el que nació este universo.
Un homenaje a la creación desde lo simple,
donde el caos se convierte en poesía visual..